Por Sabine Meuter (dpa)
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Excursiones nocturnas:
¿qué hay detrás del sonambulismo?
dpa / Quelle: Deutsche Presse-Agentur GmbH / Copyright: dpa
Según Penzel, que también es presidente de la DGSM, la
causa del sonambulismo en niños es presumiblemente un
trastorno pasajero del cerebro. “Pero, en general, sigue
sin ser peligroso y con el tiempo desaparece”. Según la
DGSM, solo en el uno por ciento de los niños
persiste el sonambulismo hasta la edad adulta.
Tomar precauciones
Lo importante es tomar precauciones para proteger
al niño. “En primer lugar, hay que asegurar puertas y
ventanas”, dice el neurólogo Roland Wenzelburger.
También puede ser útil colocar una alfombra de alarma
sensible a la presión delante de la cama del niño. Si de
noche este se levanta, la alarma alerta a los padres y
estos pueden contener al pequeño sonámbulo.
Es asimismo importante mantener la calma al dirigirse
al niño, dice el especialista en sueño Penzel. Es
recomendable, añade, despertar a los sonámbulos lo más
suavemente posible y llamarlos por su nombre. Hay que
hablarles con tranquilidad y llevarlos de vuelta a la cama.
Si el niño tiene estos episodios muy seguidos y está
por eso cansado y poco concentrado durante el día, es
recomendable buscar consejo médico. Entonces, hay
que detectar posibles causantes de este sonambulismo,
como, por ejemplo, estrés en la escuela, y sondear
posibles soluciones.
Es menos común que el sonambulismo se presente recién
en la juventud o más adelante. Los detonantes pueden
ser un trastorno en la respiración (apnea del sueño)
o el síndrome de las piernas inquietasn (restless legs
syndrom) durante el sueño.
Otras causas
También es posible que de noche se produzcan
alteraciones de la conciencia a causa de la toma
de somníferos, medicamentos para el corazón o
psicofármacos. Entonces puede pasar que el afectado se
levante medio dormido, medio despierto. Estos trastornos
de la conciencia se deben, sin embargo, diferenciar del
sonambulismo clásico, al igual que ataques epilépticos
nocturnos y estados de excepción por enfermedades
mentales.
”También hay que diferenciar el sonambulismo del
trastorno de conducta durante el sueño REM”, dice
Penzel. El sueño REM (rapid eye movement) es una fase
del sueño, que, como indica su descripción en inglés, se
caracteriza por movimientos oculares rápidos.
Cuando se da el trastorno de conducta durante el sueño
REM, el afectado se mueve debido al sueño que está
experimentando y, por ejemplo, golpea a su alrededor.
También en este caso hay un elevado riesgo de lesiones.
Cuando estas situaciones se suman y afectan a la persona
o a sus familiares, hay que consultar a un especialista del
sueño y ver cuál es la alteración concreta que se está
produciendo.
Si el diagnóstico es trastorno de conducta durante el
sueño REM, normalmente se receta un medicamento
que los pacientes toman antes de dormir y que reduce la
actividad muscular durante la fase REM del sueño.
Medicamentos bajo sospecha
Cuando se sospecha que determinados medicamentos
pueden ser el detonante del sonambulismo, se los debe
someter a prueba y chequear si pueden ser sustituidos
por otros similares.
que generan el sonambulismo, a veces puede ayudar
una terapia cognitivo-conductual. También técnicas
de relajación como el entrenamiento autógeno o la
meditación antes de dormir ayudan a reducir la tensión
física o psicológica.
A menudo el sonambulismo comienza cuando
las personas de repente se sientan en la cama en
medio de la noche. Miran a su alrededor, parecen
confundidas. A veces, se acuestan y vuelven a
dormirse. Pero si se levantan, solo perciben a medias
su entorno. Desplazan muebles o salen a la calle. El
peligro de que los sonámbulos se lesionen o lesionen
a otros es grande.
En los niños, el sonambulismo no es una rareza. Según
la Sociedad Alemana de Investigación y Medicina del
Sueño (DGSM, según sus siglas en alemán), hasta
el 30 por ciento de todos los niños y niñas tienen al
menos un episodio de sonambulismo y en hasta un
cuatro por ciento estos episodios son habituales.
Muchas veces, los padres se preocupan mucho, al
contrario de sus descendientes. “Los sonámbulos
mismos no son conscientes de sus excursiones
nocturnas y al día siguiente pueden no recordar nada”,
dice el profesor Thomasa Penzel, director científico
del Centro Interdisciplinario de Medicina del Sueño
del Hospital Charité de Berlín.