¡Vade retro al sol!
Cómo cuidar bien una joya
Las perlas, los collares, los aros, las pulseras y los anillos que conservamos
para ocasiones especiales deben recibir ciertos cuidados si queremos
que se mantengan bien pese al paso del tiempo. A continuación algunos
consejos.
Mantenerlas lejos de químicos, transpiración y aceites
Algunas sustancias generan graves daños a las alhajas, por eso también
es importante no lucirlas en cualquier oportunidad. A la hora de hacer
tareas domésticas, por ejemplo, es mejor dejarlas en un cajón, ya que no
deberían verse expuestas ni a productos químicos, ni al agua.
Tampoco sería bueno que entraran en contacto con vapor, grasas o
aceites, es decir, con algún factor químico o mecánico que pudiera
alterarlas. Esto vale tanto para la ducha como para el deporte, los trabajos
en el jardín y las manualidades.
Otro momento en el que es mejor no tener alhajas y accesorios de valor
puestos es al dormir. Lo ideal es colocar las piezas separadas sobre un
paño de tela. Las perlas se conservan idealmente por separado, entre
paños, o en una pequeña bolsa de tela.
Protegerlas del sol
Las joyas reaccionan ante determinados factores externos. Un ejemplo:
las alhajas de oro y de plata pueden oxidarse según el contenido de
humedad, de dióxido de carbono y de azufre que contenga el aire. Es
decir, al verse expuestas a estos factores, se vuelven oscuras. Ese mismo
efecto puede darse a raíz del contacto con el sudor, con perfumes o con
cremas para la piel.
es decir, cuando el maquillaje ya está listo, porque las perlas son muy
sensibles a los aerosoles y los perfumes.
Algunas piedras preciosas también pueden resultar muy sensibles a la
luz solar y la radiación, y si suelen estar guardadas en un sitio muy seco,
se les pueden generar grietas. Ante la duda, es mejor consultar en una
tienda especializada. Por lo general los especialistas saben asesorar a
sus clientes sobre cómo conservar y cuidar cada pieza.
dpa / Quelle: Deutsche Presse-Agentur GmbH / Copyright: dpa www.magazinemia.com 21