Autoestima inestable
Los afectados suelen tener una autoestima
demasiado alta y al mismo tiempo inestable e
intentan compensarlo con una presentación
exagerada y distorsionada de sí mismos.
Tienden a sobreestimar sus habilidades y
conquistas. “Elevan su autoestima teniendo
pretensiones desmedidas”, explica Lammers.
Las personas con este tipo de trastorno se
ponen por encima de otras, intentan dominarlas
y controlarlas y menosprecian o desatienden
los logros de otros. “Ese comportamiento deriva
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Herpertz, directora de al Clínica de Psiquiatría
General de la Universidad de Heidelberg.
Los narcisistas demuestran poca empatía y
se ven ante un fracaso, se enojan, agreden
o hacen comentarios que desvalorizan a los
les sirven para alcanzar sus objetivos o si ven
que generan admiración”, detalla Claas-Hinrich
Lammers.
El dilema de los afectados
Lammers asegura que esto pone a los afectados
frente a un dilema, porque si bien ellos no tienen
ningún interés por otros, dependen totalmente
de la atención y la admiración de los demás
para estabilizar su autoestima.
Eso les genera un padecimiento. En primer
con los demás, y en segundo lugar por el
abismo que se abre, cada vez más, entre
la realidad, por un lado, y sus pretensiones
afectados de pronto son confrontados consigo
mismos o dejados de lado, pueden caer en una
crisis existencial.
Los afectados casi nunca son
conscientes de su enfermadad
“Uno de los grandes problemas es que quienes
padecen trastorno narcisista no suelen ser muy
conscientes de su problema”, asegura Herpertz.
Quien tiene este trastorno de personalidad
suele iniciar una terapia sólo por enfermedades
derivadas, como la depresión, los trastornos
alimenticios o por una adicción.
Desafíos de la terapia
El inicio de la terapia puede ser difícil. “Los
terapeutas suelen necesitar bastante tiempo
para poder acercarse al paciente”, señala
Lammers. Los narcisistas enfermizos suelen
tratarlos como a las demás personas de su
entorno, es decir, se esfuerzan en demostrar
que son superiores desvalorizando a quien
tienen enfrente.
Por eso el terapeuta debe lograr que el paciente
se abra y confíe. “Los afectados suelen tener
sobre sí mismos”, explica Herpertz, no suelen
ser conscientes de lo enrevesado que es su
comportamiento y lo difícil que son sus tratos
para otros.
Pero la terapia no sólo debe apuntar a que el
narcisista pueda ponerse en los zapatos del
otro. También debería incorporar estrategias
de comportamiento para poder manejarse
mejor con los demás. A una persona que tiene
pretensiones demasiado altas y se sobreexige
se la puede ayudar dándole objetivos
alcanzables y posibles.
El psiquiatra Lammers pone como ejemplo a un
hombre que trabaja mucho más de lo necesario
y hace permanentemente horas extra. “En la
terapia resulta que el hombre trabajaba tanto
porque fuera de eso no tenía nada que le
interesara realmente.” En ese caso la terapia
ayudó a que el paciente buscara actividades
alternativas a su trabajo, actividades que desde
su perspectiva tuvieran sentido, como ser un
hobby.
Muchos buscan contención
En líneas generales, las terapias intentan
detectar qué es lo que le está faltando a cada
paciente. En muchos casos la idealización
de sí mismo y el trato despectivo hacia otras
personas “no es más que una compensación”.
Muchos sólo tienen una gran necesidad de
pertenencia y contención.
Allí es donde puede indicársele al afectado
una serie de soluciones posibles. “En muchos
casos tiene sentido que los familiares sean
partícipes de la terapia”, opina Herpertz. Los
familiares deberían aprender a formular sus
propios intereses a lo largo del tratamiento sin
tratar de un modo despectivo a quien padece
trastornos narcisistas.
¿Puede curarse un trastorno así? ”Uno no
puede cambiar a una persona”, dice Lammers,
que asegura que el objetivo de una terapia
consiste, más bien, en arrojar luz y generar
cambios en los modos de comportamiento y
de pensamiento extremos. “Eso permite que el
paciente mejore su calidad de vida y reduzca
su sufrimiento”, dice Lammers. Tanto para él
como para quienes lo rodean.
Por Sabine Meuter (dpa)
Cuando el narcisismo se vuelve enfermizo
Egoísta, engreído, enamorado de sí
mismo. Esas son las palabras que utilizarían
muchos para describir a un narcisista. Los
narcisistas suelen necesitar ser el centro de
atención, ser admirados, y lo necesitan de
un modo casi compulsivo. Muchas veces
ocupan posiciones de liderazgo, tienen un
rendimiento sobresaliente y siempre están
convencidos de sí mismos. Es decir, tener
este tipo de personalidad no siempre es
enfermizo.
“El narcisismo hasta cierto punto no es más
que otro modo de denominar una búsqueda
sana de autoestima”, apunta el psiquiatra y
psicoterapeuta Claas-Hinrich Lammers, de
Alemania.
narcisista cuando ese comportamiento
genera un padecimiento tanto en el
narcisista como en las personas que
lo rodean.
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